viernes, 14 de junio de 2013

Empecé este blog…

…en Noviembre de 2009. No puedo decir que su uso constante haya sido mi terapia, más bien, un reflejo circunstancial de la intensísima terapia que he llevado en la vida 1.0. La intención primera de esta página era descargar mi frustración y liberarme de la negatividad, pero todo ha cambiado.

Gracias a las muescas que he dejado en este tronco hoy puedo ver lo mucho que he crecido desde aquel día. Quiero aprovechar este pequeño espacio de comunicación 2.0 para agradecer a todas las personas que me han ayudado desde entonces e incluso antes en mi desarrollo personal. En particular a una persona muy especial, que no sé si me leerá con frecuencia. Vuestra predisposición y esfuerzos han hecho que mi salud mental esté en un nivel muy por encima del que creía posible soñar.

Si el primer día aprovechaba este blog para lanzar un grito de desazón que había ahogado en mi vida no virtual, hoy lo aprovecho para cantar a la vida, animaros a perseguir vuestros sueños, amaros y ser quienes necesitáis ser. Las cosas más importantes de esta vida pasan indefectiblemente por nosotros en tanto que somos nuestro referente de percepción y existencia. Y no hay cosa más importante que aprovechar nuestra estancia como de verdad deseamos y deleitándonos con el sabor de cada momento mientras nos sobrevuelan multitud de sueños en constante movimiento.

En el camino, montones de obstáculos. Gente que te dice qué pensar, qué ser, qué es lo correcto, qué es lo deseable, qué es lo desechable y, por lo general, qué es lo NORMAL. Pero ninguno somos NORMAL, ni NORMAL es nuestro modelo aspiracional. Asómate sin miedo a tus sueños, que para algo son los tuyos y ve a por ellos. Los sueños del imaginario colectivo son por todos conocidos y podrás cumplirlos a base de duro esfuerzo y cuando llegues, muy probablemente, sientas insatisfacción. Tú eres tuyo y de nadie más. Los demás piensan… de la misma forma que, TÚ, piensas. Y si seguimos las leyes de la lógica, si todo pasa por nosotros, será mejor atender a lo que nosotros pensamos.

Vuelvo a citar, como ya hice hace unos años a Salvador Dalí:
“Cuando yo era muy pequeño quería ser una cocinera. Después, empecé ya cuando tenía seis años, quería ser Napoleón. Desde entonces mi máxima ambición no ha hecho [si no] que crecer y ahora, lo que más me gustaría es poder ser, nada menos que, Salvador Dalí” Lo que Dalí vino a enseñarme es: cuando bebas, bebe como Peter; cuando hables, habla como Peter; cuando camines, camina como Peter; cuando bailes, baila como Peter; cuando te expreses, expresa todo lo que Peter desearía expresar; cuando ames, ama como ama Peter; cuando crees, crea lo que emane de Peter; cuando elijas, elije lo que quiere Peter; cuando te sientas atacado, defiende los intereses de Peter; cuando sopeses, sopesa como Peter; cuando no te sientas cómodo con lo que estás haciendo, escucha lo que quiere Peter; cuando temas, teme solo lo que quiera temer Peter; cuando seas, sé Peter…
Hoy a poco le doy importancia más allá de lo que a mí mismo me importa, que es una vasta inmensidad de cosas. ¿Individualista? Quizá. Quizá las horas de ética hicieran que me importasen muchísimo los demás. Mi relación con los demás es una parte muy importante de mí mismo y el bienestar de la gente es para mí tremendamente importante. Pero también he aprendido en el camino eso de que para amar a los demás hay que amarse antes a uno mismo. Llenando el amor propio uno se desenvuelve mucho mejor en el arte de agradar. Y he descubierto que es importante para Peter que las personas que no son Peter se encuentren bien, y “YO, POR LOS INTERESES DE PETER, MAAAATO…”.

A base de construir sistemas de valores y sobre todo, de respetarlos, uno logra encontrar sentido a lo que hace. Un paso de gran madurez este de respetarse por encima de todas las cosas. A mí hay una serie de cosas que me valen y me han valido, que no necesariamente son las que te vayan a valer a ti. Solo me gustaría expresarte que considero que es lo primero que se debe hacer para poder llevar una vida más plena.

Lo siento por todos aquellos a los que defraudé, pero aún me quedan muchísimos años para enmendar mis errores de inmadurez.

Gracias a la gente que crea. Gracias a la gente que cree. Especiales gracias a los pocos que hacen creer. Gracias a los que crían. Gracias a los que crecen. Especiales gracias a los que hacen crecer. Gracias a los que cuidan. Gracias a los que se cuidan. Especiales gracias a los que hacen que nos cuidemos. Solo por citar a los de la C. (Bueno… solo me salgo de la norma para dar un efusivo agradecimiento a esos pocos que hacen reír).

Espero que podamos crear cosas juntos. Gracias por haberme leído. Y sí, encantado de haberme conocido, porque gracias a ello ahora podemos conocernos.

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