martes, 14 de enero de 2014

Hola Mary,

Llevo 48 h desde que rompí mi promesa. Estoy agotado pero exultante.

Creo que por fin he entendido lo que significa la palabra éxito. Y casi inmediatamente después me ha invadido una enorme sensación de vació. Porque el éxito no sirve de nada si no lo puedes compartir con tus seres queridos. Llevo desde el verano sin compartir nada con nadie. Nada de lo que me pasa por dentro. Nada de lo que sé. Y ya no puedo más.

¿Recuerdas cuando hace dos años o más ingresaron a mi abuela? Fue de las primeras veces que me viste llorar. Después la operaron y todo salio bien, pero luego mi abuelo se puso muy mal y mi madre. Hoy en día mi abuelo esta conectado a varias maquinas y esperando a cerrar los ojos para no volver a abrirlos. Y esto que se escribe tan rápido ahora, ha sido una condena insoportable para mi. Porque el concepto de seres queridos, hogar o familia, esta desapareciendo por completo para mi. Tu estuviste a mi lado en aquella época, estuviste a mi lado en todo momento. Yo me he preguntado muchas veces porque no lo compartí contigo. Ahora se que es porque me daba vergüenza, y decidí apartarme de todos. Hasta de ti. He necesitado un tiempo, mucha distancia, miseria y soledad, para darme cuenta de que te voy a amar siempre. Y también darme cuenta de la generosidad y sacrificio por el tiempo que me has dado contigo. Nunca fui un novio de película como te habría gustado a ti, que tanto te gusta el cine.

Ahora es el tiempo de vivir tu vida, no la de los demás, tu vida al fin y al cabo. Te cuento todo esto porque por no contarte todo esto creo que al final te perdí, y no pretendo recuperarte. Sobretodo porque se que tu no querrías. Supongo que es mi forma de pedirte perdón por no haber estado a la altura de lo que te merecías. De lo que te mereces.

Te quiero mucho.

Peter.

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